Londres, principios de los 70. Un joven cantante se sienta en la barra de un pub con aspecto desilusionado. Sus amigos le preguntan qué le sucede y él les responde: “Es que no voy a ser una estrella del pop”… Se levanta y esboza una sonrisa en la que afloran sus dientes de conejo y continúa con sus brazos extendidos: “¡Voy a ser una leyenda!”.

 

Casi veinte años más tarde, cuando en 1991 el mundo lloraba la partida de aquel joven conocido ahora como Freddie Mercury, esa afirmación se cumplía proféticamente.

 

Freddie tenía poder en el escenario, espacio en el que dejaba toda su timidez y era capaz de hacer corear las canciones de su banda “Queen” a multitudes de hasta 200.000 espectadores, como sucedió en Sao Paulo en 1981 o en el Live Aid de Wembley en 1985, cuando le bastaron 25 minutos para protagonizar – según los entendidos – quizás una de las mejores actuaciones en vivo en la historia del rock.

 

Su vestuario desde su primera aparición mediática siempre marcó la diferencia: al presentar su primer éxito “Seven seas of rhye” en el programa Top of the Pops vestía un leotardo oscuro con botones al frente dejando el pecho descubierto y un cinturón ancho de lentejuelas plateadas. “No llevaría todas estas ropas en el escenario si fuese serio. Lo único que me hace usarlas es mi gusto de reírme de mí mismo” -comentó.

 

Aún ahora – veintiún años después de su muerte- sus canciones transmiten la misma energía que en ese entonces, tanto aquellas de su propia inspiración como “Bohemian rhapsody”, “Somebody to love”, “Killer queen” o “Bicycle race”, como las compuestas por sus compañeros de banda: “We will rock you”, “One vision” y “Another one bites the dust”.

 

Su muerte no careció de drama: ocultó su enfermedad (SIDA) hasta un día antes de su muerte, pese a los constantes rumores creados, sobre todo por su desmejorada apariencia física y la ausencia de giras mundiales. Ya para cuando se supo de su dolencia bastaron menos de 24 horas para que su cuerpo abandonase la tierra y su música lo transformase en el inmortal Mercurio.

 

 

-       Nació en Zanzibar en 1946. Hijo de Bomi y Jer Bulsara, sus padres lo llamaron Farrokh.

-       Cuando tenía 8 años lo enviaron a estudiar a Panchgani, cerca de Bombay en la India. Allí sus compañeros le decían Freddie, nombre que conservaría desde entonces.

-       Le apasionaban los deportes como el boxeo, carreras de velocidad y hockey. Llegó a ser campeón de tenis de mesa.

-       Con la ayuda del director de la escuela persuadió a sus padres de que le pagasen clases extras de piano.

-       Cuando adolescente, ingresó en el Ealing College of Arts a estudiar diseño y artes gráficas. Fue él quien diseñó el logo de la banda “Queen”.

-       Cuando su amigo Tim Staffel decidió dejar la banda “Smile”, no lo dudó y se unió a la banda conformada además por Brian May y Roger Taylor.

-       Inspirado en los versos de la canción  “My fairy King”, “Mother Mercury, look what they have done to me”, decidió que el apellido Mercury era mucho más fuerte y poderoso que Bulsara. A partir de entonces, el mundo conoció a Freddie Mercury.

-       En un show en la escuela de mujeres de St Helen parte del soporte de su micrófono se soltó y éste quedó enganchado a la primera parte del soporte. Mercury siguió con la actuación y de ahí surgió el característico bastón con micrófono que lo identificó durante todos los conciertos

-       Su primer éxito fue “Seven seas of rhye”, cantada en el show “Top of the Pops”. Tuvo que hacer lip-synch. Roger Taylor usó baquetas de plástico.